FASCIAS SANAS, ELASTICAS E HIDRATADAS
SINÓNIMO DE UN CUERPO ALCALINO, SANO Y ELÁSTICO
LIBRE DE ACIDEZ, INFLAMACIÓN Y DOLOR
La alimentación juega un importante papel en el cuidado de la salud de las fascias y puede favorecer sustancialmente el efecto de los ejercicios.
AGUA
Beber agua sin gas en muy importante, ya que el cuerpo y las fascias se componen en gran medida de agua. Pero beber agua no es lo único que debes hacer para tener tus fascias suficientemente hidratadas. Si las fascias se deshidratan, anquilosan o apelmazan, beber agua no es la solución al problema, porque esta puede recorrer el cuerpo sin que las fascias absorban gran parte. Sin embargo, si las fascias se estiran y ejercitan con regularidad, se produce un mayor intercambio entre su líquido tisular y el agua.
ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA
Cuanto más deshidratadas están las fascias, más tiempo permanecen las toxinas en el tejido, dañando no solo las fascias sino también el resto del cuerpo. Entonces las células adolecen de rigidez de reacción. Las fascias reaccionan muy deprisa a la hiperacidificación del cuerpo.
En un contexto corporal de hiperacidificación, las fascias pueden perder su flexibilidad, por consiguiente, el tejido puede anquilosarse e influir así negativamente en el flujo sanguíneo y linfático y también en la actividad muscular y producir inflamación ya que el ácido irrita el tejido conjuntivo.Los nervios también se ven afectados ya que están recubiertos de fascias y la hiperacidificación puede traducirse en dolor.
La alimentación sana es muy sencilla y se basa en comer productos naturales de proximidad y temporada como frutas, verduras, ensalada, nueces, semillas, cereales integrales, aceites de alta calidad virgen extra primera presión en frio (oliva y coco), hierbas silvestres y no comer alimentos publicitados y elaborado, precocinados y enlatados. “No comas nada publicitado”. Doctor Max Otto Bruker experto en nutrición.
Los productos animales tienen asimismo un efecto acidificante, pero si no quieres ser vegetariano, procura simplemente reducir tu consumo de carne, pescado y lácteos, y también reducir azúcar, alcohol, nicotina y café que son acidificantes.